miércoles, 14 de diciembre de 2016

Los pecados capitales en La Celestina


Los siete pecados capitales son una clasificación de los vicios mencionados en las primeras enseñanzas del cristianismo para educar a sus seguidores acerca de la moral cristiana.

Según Tomás de Aquino:
  'Un vicio capital es aquel que tiene un fin excesivamente deseable, de manera tal que en su deseo, un hombre comete muchos pecados, todos los cuales se dice son originados en aquel vicio como su fuente principal. […] Los pecados o vicios capitales son aquellos a los que la naturaleza humana está principalmente inclinada.

Los pecados capitales se ven reflejados en la obra La Celestina:


La lujuria

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En la obra un tema que esta muy presente es el deseo sexual ya sea mediante la prostitución o con sus parejas. La lujuria es un apetito que tienen cuatro de los personajes: Pármeno, Calisto, Sempronio y Celestina.
La lujuria en Pármeno desencadenaría su corrupción, además muestra deseo sexual a Areúsa.
Calisto presenta este tipo de pecado cuando está con Melibea. Sempronio hacia Elicia.
La más importante de todas, Celestina, la cual opina que el sexo no debe de ser privado, tanto que pretende estar de testigo en el acto sexual entre Pármeno y Areúsa.





La pereza

Este pecado capital se presenta de manera desapercibida en la obra, pero si analizamos con detenimiento el comportamiento de todos los personajes a lo largo de la trama, podremos atribuirle esta característica a Alisa, la madre de Melibea. Un ejemplo claro que lo justifique, es el momento posterior al suicidio de Melibea, cuando Pleberio vuelve a la cámara llorando desconsoladamente y le narra a su mujer lo sucedido. Alisa expresa una especie de pereza, al no levantarse de la cama y interesarse por el causante de tanto revuelo antes de la muerte de su hija, aunque a la vez se repite un dolor maternal continuo por lo sucedido.

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La ira

Imagen relacionadaLa ira es el odio y el enfado. Este enfado lo muestra Melibea y los criados de Calisto.
Melibea en el acto IV tiene una discusión con Celestina en la que Celestina muestra su habilidad de saber mantenerse sin causar ninguna falta de respeto y conseguir sacar de quicio a Melibea, lo podemos observar en estas líneas del cuarto acto:

CELESTINA. - Doncella graciosa y de alto linaje, tu suave habla y alegre gesto, junto con el aparejo de liberalidad que muestras con esta pobre vieja, me dan osadía a te lo decir. Yo dejo un enfermo a la muerte, que con sola palabra de tu noble boca salida que le lleve metida en mi seno, tiene por fe que sanará, según la mucha devoción tiene en tu gentileza.

MELIBEA. - Vieja honrada, no te entiendo, si más no declaras tu demanda. Por una parte, me alteras y provocas a enojo; por otra, me mueves a compasión. No te sabría volver respuesta conveniente, según lo poco que he sentido de tu habla. Que yo soy dichosa si de mi palabra hay necesidad para salud de algún cristiano, porque hacer beneficio es semejar a Dios, y más que el que beneficio lo recibe cuando es a persona que le merece. Y el que puede sanar al que padece, no lo haciendo, le mata. Así que no ceses tu petición por empacho ni temor.


Los criados de Calisto, Pármeno y Sempronio muestran ira cuando ven que han ayudado a conseguir que Calisto esté con Melibea y Calisto solo haya recompensado a Celestina. Esta ira acabará con la vida de Celestina y con la de ellos mismos.





La avaricia o codicia

La codicia es el motor que origina todos los conflictos secundarios que aparecen en la obra.
La avaricia en esta obra ocurre cuando Celestina y Sempronio se centran en riquezas y bienes materiales. Al igual que con la ira, es la avaricia lo que llevará al final de la vida a los criados de Calisto y a la vieja de Celestina.
La avaricia aflora sobre todo en Celestina, que es una mujer malvada cuyo objetivo es ganar o conseguir dinero. La codicia de Sempronio será la que traiga la perdición a Calisto cuando le presente a Celestina.






La envidia

Resultado de imagen de la envidia pecado capitalLa envidia es la que sienten las dos rameras, Elicia y Areúsa, por la felicidad de Calisto y Melibea. Podemos destacar la envidia que le provoca Melibea a su criada, Lucrecia, cuando esta la ve disfrutando con Calisto. Al igual que la avaricia de Pármeno y Sempronio llevan al asesinato de Celestina, también será la envida lo que les llevará a matarla.










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La soberbia

La soberbia es el deseo de estar por encima de todos en todo. Los nobles por su soberbia y orgullo se creen fueras de las leyes , como le sucede a Calisto. Es prácticamente el único personaje que presenta esta característica.

Dejamos fuera de esta clasificación al pecado de la gula, ya que no lo podemos encontrar en la tragicomedia.













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